jueves, 16 de mayo de 2013

El subconsciente, gran hijo de puta.


Esta noche he soñado contigo.

No era un sueño bonito, sino todo lo contrario.
La impotencia andaba junto a mí por las calles de Cartagena, mi Cartagena soñada.
Todo y nada tenía sentido anoche.
Estaba con tres amigas más en el edificio viejo y semi destruido donde vivía  mi abuela, ¿Por qué? Pues será porque todo termina, todo se derrumba y nosotros empezamos a hacerlo demasiado pronto. Y ya solo quedan vigas esperando ser arregladas o destruidas.
Habían grandes escalones y muy poca luz, yo me aferraba a la mano de Marta, ¡que haría sin ella! Y tras mil tropezones conseguíamos salir a la calle.
Ahí había cuatro bancos formando un cuadro perfecto, y el sueño se volvía borroso.
Al mirarlas, kora, marta y maría, no tenían cara. Y ahí yo ya temblaba.
Todo el sueño sin caras, y aún así yo sabía que eran ellas.
María desapareció en cuanto le dio la luz, deambulaba por las calles, apareciendo por las esquinas y nunca conseguía llegar a donde estábamos.
Marta en el banco de mi izquierda me gritaba que así no se hacía, que estaba cogiéndolo al revés, ¡dale la vuelta! decía, ¡está todo mal!
¿Por qué no estaba a mi lado? ¿Qué hacía sola en ese banco que no paraba de alejarse cada vez que no miraba?
Kora y yo nos intentábamos echar una foto. Una foto que no salía, ella siempre salía borrosa y yo quería decirle que se estuviera quieta, que dejara de irse…
Y tú estabas en el banco de enfrente, mirándonos sin decirme nada. Les contestabas y yo quería preguntarte tantas cosas que no sabía por dónde empezar… y cuando por fin supe que decirte no me salía la voz. ¡Verano! Eso es lo que iba a decirte, alomejor recordándote que sigues siendo mi puto verano volvías a mis brazos.

Pero, sorpresa, yo no tenía voz, no podía decirle a marta que la necesitaba a mi lado, a kora que dejara de irse, a maria que viniera de una vez y a ti…y a ti que no te fueras nunca más. Tantas y tantas cosas ahogadas por las lágrimas que me caían por la cara al no poder decir nada… tanta impotencia acumulada, como ahora que te escribo esto sabiendo que no lo leerás.

Estaba todo borroso, todo avanzaba a cámara lenta. Cómo ahora.


El peor despertar desde hace bastantes años, creo que me estoy volviendo loca.

1 comentario:

elchicodelmetro dijo...

Las putas verdades que dicen a veces los sueños madre... y lo fácil que se convierten en pesadillas. Pero que sepas que María ya ha llegado. Te quiero mucho chiqui <3