"Tú estabas esperándome en el andén y yo llevaba cinco horas de trayecto pensando en si esta vez, deberíamos darnos uno o dos besos. Tus labios me dieron dos, pero tus ojos me miraban con un tono ocre que decían todo lo contrario. Y yo, acojonada, apenas tenía el valor para mirarlos."
Hay muchas partes, por no decir entero, que me recuerdan a nosotros, de un modo u otro, pero este en concreto me recuerda a Granada, ¡ay nuestra Granada!
Hay tantas lágrimas descansando en mi cama, la que una vez fue
tuya, por ese motivo...
Granada, como una bocanada.
Una bocanada de
sentimientos, muchos.
Es felicidad y mis
más tristes días.
Es nostalgia y una
etapa que no quiero repetir.
Son días tumbados
en la cama, compras rápidas.
Fotos desenfocadas
y besos en las esquinas.
Es la Alhambra en
tus pupilas, es la suerte de poder ver las dos cosas más bonitas juntas. Sólo
para mí, ante mí.
Días de lluvias y
zapatos mojados.
Son saladitos en el
parque de enfrente.
Es calor y frío. Bostezos y mimos.
Es despertarse a
las 6 de la mañana solo por ver amaneces en la plaza San Miguel.
Son sus calles
oscuras en mitad de la noche acompañados de gatos.
Y mis miedos, y
tus abrazos.
Son piques y patadas en mitad de la noche.
Somos nosotros acurrucados en una cama de 90.
Es el microondas siempre sucio, las cascaras de pipas por todos
lados, el no saber que peli ver y acabar viendo siempre las mismas.
Son las pompas en tu habitación.
Fue todo y fue nada...
Tiempo al tiempo.
Fue todo y fue nada...
Tiempo al tiempo.
Por mucho tiempo que
pase. Aunque la recorra con otras personas y en otras
circunstancias, Granada eres tú, somos nosotros.
No hay comentarios:
Publicar un comentario