martes, 6 de agosto de 2013

Debilidades y playas desiertas.

Que triste es ir a la playa sin tu mirada buscándome en cada ola.

Sigo recogiéndome el pelo y mirando hacia atrás, pero no estás.
Veo tu recuerdo empanado disfrutando de las vistas (que siguen siendo tuyas).
El agua en mi cintura,
y tú en mi boca.

20:22:             estoy en el bus llorando lo que cambian las cosas. Que sigues siendo la puta tortuga que estira su cuello para besarme en la espalda a mitad de noche y el ser más hermoso (y no solo ya físicamente)  que he conocido en mi jodida vida...

Quiero volver a bañarme contigo, verte morado de frío, besarte y abrazarte mientras te pongo la toalla y me enseñas a jugar al poker.
Y los que una vez fueron nuestros amigos ya solo son gente que me recuerda el hecho de que no estás.

Eres elección, sin ser la elegida.
Eres esperanza, sin motivo.
Eres sueño e insomnio. Fuiste mis mejores insomnios, y ahora mis peores noches en vela esperando despertarme de todo esto.


Aquí sigo con mi nudo en la garganta haciendo que estoy bien, escondiendo sentimientos.
Con mi nudo,
mi nudo.




Qué triste es la playa si no estás, tortuga.  

1 comentario:

Marina Durán dijo...

Qué me ha encantado, madre mía.

"Que triste es ir a la playa sin tu mirada buscándome en cada ola." - me quedo con esa mirada.