miércoles, 7 de agosto de 2013

Sueños

Un día me tomaré un café con mi subconsciente y le explicaré lo hijo de puta que puede llegar a ser.

3 años después. Tres.

Él tenía un concierto y yo iba sin decirle nada a verlo.
Ahí estaba, tan brillante como siempre, llenando el escenario sin necesidad de ser grande él.
Iba con ese vestido que tanto te gusta-ba, el negro de la espalda descubierta, tacones y el sombrero negro que me diste aquel verano que comenzó mi sueño.

Sentada en la mesa del fondo, entre oscuridad y cerveza.

El concierto terminaba. Vosotros recogíais y yo me acercaba a hablar con tu familia. De espaldas a ti, qué difícil era mirarte a los ojos sin ese vuelco.
Me veías.
Te veía.
Me rompía. Me recomponía.
-Cámara lenta-
Te acercabas, me giraba, te ponía el sombrero, te daba un beso en la mejilla mientras te apretaba con cariño el brazo y te abrazaba.

Me besabas, y yo huía.
Me besabas y yo me dejaba.


                                     Y el sombrero sigue en mi armario deseando ser usado. 



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