miércoles, 5 de diciembre de 2012

Querido Diciembre,


Querido Diciembre,
Siempre has sido un mes agridulce, y este año ni iba a ser menos (lo sé).
Fuiste y serás una época de más pérdidas que ganancias, y no hablo de dinero precisamente. Me has dejado tirada tantas veces que ya ni te las tengo en cuenta, y a pesar de todo sigues siendo mi mes favorito.
Hoy recuerdo todo lo que te has llevado, a todas las personas que han sido parte de mi vida y esa vida se la han llevado, y otras tantas que quisieron irse por voluntad propia.
Aún así sonrió al saber que es diciembre: invierno, frio, guantes, gorros, y ¿Por qué?
¿Por mi cumpleaños?
¿Por qué yo nunca pierdo la esperanza?
¿Por qué no pienso que los recuerdos sean malos, ni lo más tristes?
Será eso último sobretodo.
Estamos en época de recordar. De tener las manos frías como el hielo, la nariz tan roja que te duele, y el corazón caliente.
Este año te miro con otra cara, Diciembre de mis amores.
Este año no me voy a dedicar a estar contigo, con tu frió y tus luces navideñas, con tus árboles de navidad que hace ya tantos años que no quiero poner. Este año se lo dedico a las personas que han entrado en mi vida, empezando por Olga junior, no se lo digas a nadie pero es mi tesoro lleno de felicidad.
Con esto quiero decir, Diciembre, que al terminar no voy a sentirme mal por no hacer lo que yo he querido en cada momento, esta vez gano yo.

Y por ti, ojos verdes, sigo matando monstruos por ti, día y noche. 

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