domingo, 7 de julio de 2013

¿Recuerdas mi habitación?


Dos camas, dos escritorios, un espejo, miles de fotos colgando por la pared, el balcón con vistas al monte (al que tanto he acudido para sacudir de mi mente tus recuerdos).
Pues hasta eso ha cambiado en mi vida.

18 días.       Dieciocho.       D i e z y ocho.       10 + 8. 
Lo diga como lo diga.
Días largos y cortos a la vez.
Echando la vista atrás no me puedo creer que lleve ese tiempo sin verte justo cuando dijimos ponerle comienzo a “nuestro verano”, ese verano que te has quedado para ti solo.
Y yo sola
una vez más.
Ese tiempo que paso en mi habitación pensando en cómo podría haber sido y no pudo ser.
 Como no quisiste que fuera.

Llegando a la conclusión de que has sido más cagón que nunca, te aferras al “no poder” y así no intentarlo por miedo a la caída.
Esa caída que me habría dado contigo más a gusto que sola como ahora. 
Caída ficticia. 

Dijiste: “es que vas 3 pasos por delante…”
En realidad no es que vaya a 3 pasos por delante de  ti,
es que mi París se derrumba y no quiero que te pille cerca…

Se me caen cachitos de sentimientos cada vez que veo el telediario y dicen que las plazas de Paris se llenan de enamorados.
¡Esos tontos enamorados!
(Que ya no somos nosotros dando vueltas a las 4 de la mañana sin rumbo huyendo de la gente…)

Echo de menos tus pelos de colores, tus feas manos, como siempre me pedías que te diera un masaje y al chincharte con que no me ponías esa cara de pena que ponen los perros al pedir comida debajo de la mesa… Hasta ese puñetero piercing que restringía nuestros besos.

Últimamente me auto torturo obligándome a leer la antología de los Beatles, justo en estos días.
Sigo siendo la misma masoquilla estúpida de siempre (pero sin ti, como nunca.)





Algunos sentimientos son demasiados dolorosos, así que los niegas. Tenemos la capacidad de bloquear sentimientos y lo hacemos casi todo el tiempo.” John Lennon.

No hay comentarios: