Ahí te ves, sentada en el suelo, tirada en tus pensamientos.
Escuchando como hablan sin hablarte. Como mencionan sin mencionarte. Y contar, sin que cuenten contigo.
No soy buena en matemáticas, ni en sensaciones, pero un -46 sí que me doy en esas situaciones.
Que por desgracia no son pocas.
Pero las cosas pasan porque te las buscas, aunque no sea a caso hecho, y cuando dejas de lado algo se pierde.
Y ver como se desmorona todo, e intentas volver a organizar el puzle (llamémosle puzle). Buscas por todos lados: en los recuerdos; en las paranoias; en las cosas que sabes que les interesa, o les interesaban; en las fotos, en las cervezas de medianoche.
Y encuentras fichas, pero no todas.
Se sigue hablando sin hablarte, contar, sin contarte. Suma y sigue: -47.
Sigues buscando.
Y te abandonas.
-48; -49; -50.
-48; -49; -50.
Pero ya es mañana. Mantente en pie.
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